MARIONETAS DEL DESEO


Llenamos la vida con distracciones, pero seguimos insatisfechos. El deseo nos esclaviza. Si es nuestro motor, ¿cómo nos ponemos al volante?

El deseo tiene una dinámica en la que siempre hay un punto de insatisfacción. Gisela Zuniga, autora y terapista alemana, explica cómo esta dinámica nos atrapa: "El ser humano ha permitido que lo desvíen de lo auténtico y que la multiplicidad lo seduzca y se apropie de él. Placeres y posibilidades ilimitados corren en su dirección como un torrente y se enseñorean de él". Si convertimos la vida en una continua expectativa, en una continua demanda, nuestra agonía crece incesante e incansable.

Lee este interesante reportaje de Miriam Subirana con ilustración de Alberto Vázquez en este ENLACE de EL PAÍS SEMANAL.