"SOLO CON ATENER EN CLASE TIENES GANADO EL 50%"

Helena Osaba, que obtuvo la mejor media en Vizcaya, se jugaba el futuro en la Selectividad. Como todos los jóvenes que aspiran a entrar en Medicina. Para ella el reto no era superar un examen que, al fin y al cabo, lo aprueba más del 90% de los estudiantes. «Estaba muy nerviosa porque necesitaba una nota alta», relata esta joven bilbaína. A pesar de los nervios, arrasó. Luce en su expediente un 9,7 de media entre la Prueba de Acceso a la Universidad y la de Bachillerato. «La Selectividad ha sido más o menos como lo esperábamos porque hemos trabajado mucho el temario durante el curso», dice esta alumna del colegio La Merced de Loiu. Su calificación final, sumados los exámenes de la fase común con los de la específica y la calificación de Bachillerato fue de un 12,9 sobre 14. Más que suficiente para entrar en Medicina: la nota de corte ha quedado este año en 11,7. «Siempre he tenido curiosidad por las enfermedades. Si no hubiese entrado habría hecho un año de Enfermería», comenta.
 
La prueba más difícil fue la de Química, que suscitó una polémica por contener un error de traducción al euskera y una pregunta que, al parecer, no entraba en el temario. «Saqué un 6. Lo hice en castellano así que no tuve la pregunta con el error pero sí había un problema que no estaba en el programa. Al principio me puse muy nerviosa, pero luego respiré hondo y me dije 'adelante y sin tonterías'». Ese 6 lo compensó con creces con el resto de ejercicios, en los que rozó la perfección. En Historia y Matemáticas sacó un 10. Helena ha estudiado en el modelo B, bilingüe, por lo que el examen de euskera podía ser un handicap, ya que las notas más altas en esa prueba las obtienen los escolares de la línea D. Pero esta joven aficionada al baloncesto tenía un as en la manga: veranea en Lekeitio y allí se mueve en un entorno euskaldún y se relaciona en esa lengua en su tiempo de ocio y vacaciones. Resultado: 9,9.
 
No se define como una empollona. «No puedo decir que estudio mucho pero eso sí, atiendo en clase. Con eso tienes ganado el 50%. Después con hacer los deberes en casa, llevar las materias al día y hacer un repaso final está todo hecho», reflexiona. Tampoco se confiesa gran lectora, «me gusta más el Tuenti», confiesa. Y como va a lidiar un toro muy fuerte el próximo año, el primer curso de Medicina en la Universidad del País Vasco, se ha dado un premio este verano. Lo va a pasar en Lekeitio, y una semanita en Londres. Pero no va estudiar inglés. «De compras», aclara.
 
Nahia, la mejor en Álava
Hace apenas dos días que Nahia Ispizua descubrió que ha sacado la mejor nota de Álava en Selectividad. Se lo comunicaron por teléfono, a través de una llamada desde la UPV/EHU que le alegró la mañana. Obtuvo un 9,6 de media, nada menos, el promedio entre el diez que logró en Bachillerato y un 9 en la prueba de acceso a la universidad. Se ha tomado la noticia con gran madurez, carácter que ha imprimido a su inmaculado expediente académico desde que era una niña. La clave de su brillante carrera es, según afirma esta alavesa de 18 años, la organización y la disciplina. «Procuro llevar las lecciones al día. En el Instituto, acostumbraba a repasar en casa diariamente el tema que daba en clase por la mañana. Así se te va quedando grabado en la memoria», desvela. «Hay tiempo para todo, también para el estudio, y todo es cuestión de organizarse», recomienda.
 
Como muchos otros alumnos con calificaciones sobresalientes, Nahia tiene muy claro que se matriculará en Medicina el curso que viene. Su objetivo es cursar esta solicitada carrera en la Universidad de Navarra «porque ofrece un fácil acceso a la investigación, que realmente es lo que más me interesa». Alumna de la ikastola Olabide de Vitoria, Ispizua se decantó por la rama biosanitaria a la hora de examinarse para la Selectividad, de modo que eligió las materias de Química y Biología. Y aunque se vio perjudicada en su media final por el error en el examen, sacó una nota de 7,5 en Química, y decidió no reclamar. «Tengo media de sobra para entrar en Medicina». La nota de corte para acceder a esta titulación el curso que viene es de 11,7, pero el 13,4 que ha logrado Nahia con la suma de los exámenes de la fase común y la voluntaria le garantiza un pupitre en las aulas de la facultad navarra.
 
Aficionada a la natación, a tocar el piano y a los idiomas (ha aprobado el Advanced y el nivel B1 de alemán), este verano le toca descansar e ir de vacaciones a Sitges con su familia. Previamente ha disfrutado de una semana de diversión entre amigas en Salou. «Otros veranos he aprovechado para ir a mejorar los idiomas a Reino Unido y Alemania», pero esta vez ha optado por la tranquilidad tras un duro curso. Todavía sin saber con exactitud en qué modalidad quiere especializarse, Ispizua tiene bien claro que «lo que me interesa es investigar». Aparte de su firme preferencia por el trabajo de laboratorio, «la oncología no me disgusta, y me encantan los niños, por lo que podría hacer Pediatría».
 
FUENTE: DIARIO VASCO; 21 JULIO 2011