LOS OBJETIVOS DEL VERANO

Con la llegada de las vacaciones nos planteamos propósitos para el resto del año. ¿Por qué no los cumplimos después?

Las olas del mar, la blanquísima arena y la sombra de la palmera formaban el decorado de la discusión entre Paco y Carmen. En esa playa de Cuba, el matrimonio pasaba sus vacaciones y daba vueltas a lo que les acababan de ofrecer: vacaciones a tiempo compartido. Pagando una suma que les parecía un chollo, podían pasar una semana de vacaciones en lugares paradisiacos como aquel durante muchos años. Parecía una buena oferta, pero tenían que decidirse "ya". El vendedor les apremiaba. Es la estrategia, ya que se sabe que el ambiente vacacional nos hace ver las cosas de un modo diferente y por eso fuerzan a los potenciales clientes a decidirse en pleno relax veraniego.

Cuando nuestras neuronas están tomando el sol, se convierten en excelentes creativas. Y disfrutan pintando hermosas metas. Pero las mismas neuronas ya no son las mismas de vuelta a la oficina. Los maravillosos objetivos propuestos ya no parecen tan factibles y en el peor de los casos se han olvidado. He aquí otro de los enigmas de la especie humana: ¿Por qué nos planteamos objetivos que en la mayoría de los casos no cumplimos?

SIgue leyendo este interesante reportaje de Jenny Moix en este enlace.